Luego de aniquilar a casi todas las etnias y culturas originales de esta región, que los europeos llamaron "América del Sur" -entre 1520 y 1880-, los blancos, hispano-germanos y otros "católicos", se dedicaron a pelear entre ellos, para quedarse con el control total de las riquezas naturales.
Unitarios y Federales
Entre 1810 y 1860 hubo una disputa por el poder entre Unitarios y Federales.
Los unitarios, representaban a los ricos.
Los federales, también a los ricos. Pero a ricos que querían hacer un país donde sus peones trabajaran contentos.
A los unitarios no les importaban un bledo sus peones. A quienes consideraban esclavos y raza inferior.
Los Unitarios ganaron una guerra cometiendo masacres y crímenes de lesa humanidad. Mitre, Sarmiento y Roca gobernaron el país desde 1862 hasta 1916. Una de las primeras cosas que hicieron, es aliarse con los ricos de Uruguay y Brasil, para destruir a Paraguay. Que estaba emergiendo como una potencia industrial en Suramérica. ¿Por qué? Porque significaba una competencia fuerte para Inglaterra. Su financista.
De izquierda a derecha: Bartolomé Mitre, Domingo Sarmiento.
Primera democracia
A fines del siglo XIX, Leandro Alem, hijo de federales brutalmente asesinados por los unitarios, lanza un movimiento revolucionario. Lucha contra los ricos unitarios, enquistados en el poder "republicano" desde 1862 por medio del fraude. Luego de luchas sangrientas, arrancan la aprobación de una ley que garantice el secreto y legalidad del voto (únicamente para los hombres).
Gana Hipólito Yrigoyen. Gracias a sus dos gobiernos, puede surgir una pobrísima clase media en Argentina. (Antes eran o esclavos o siervos, la inmensa mayoría). Lo derrocan con un golpe militar. ¿Quién? El general Uriburu. Abuelo de uno de los jueces que ahora "condena" a Cristina. Estamos en 1930. El período posterior fue llamado "La Década Infame". Por la procaz corrupción con que gobernó y dilapidó fortunas estatales la oligarquía porteña. (Entre ellos, los Rodríguez Larreta y los Bullrich.)
José Félix Uriburu y Agustín P. Justo
La década infame
Luego de quitar de enmedio al militar Uriburu -un simple títere que los verdaderos millonarios y poderosos habían usado para derrocar a Irigoyen-, se colocó a un representante de aquella minúscula clase de estancieros y comerciantes ricos: Agustín P. Justo. Durante 12 años se dedicaron a acumular inmensas fortunas gracias a la explotación brutal de los trabajadores, mayormente rurales, y a "tirar manteca al techo" en París y otros lugares de Europa. A la cual muchos de estos rastacueros consideraban su verdadera Patria.
Hasta que en 1943, un grupo de jóvenes oficiales del Ejército, nacionalistas, derribaron al último de sus "presidentes", elegido como ya era costumbre tras un escandaloso fraude electoral.
Perón
De aquel grupo, surge el coronel Juan Domingo Perón. Quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, desarrolla un rapidísimo proceso de sindicalización. Para millones de obreros que hasta entonces venían trabajando en condiciones miserables.
La poderosísima oligarquía porteña presiona fuertemente a los militares en el poder, y logra que pongan preso a Perón. Para detener la evolución rapidísima de avance hacia condiciones dignas de los trabajadores.
El 17 de Octubre de 1945, millones de trabajadores salen a reclamar la libertad de Perón.
Muy pronto, luego de su liberación, este coronel alcanzaría la presidencia de la Argentina. Por legítimas elecciones democráticas.
Una nueva Argentina
Perón consideraba que la Argentina debía desarrollarse como un país independiente. Para ello emprendió un proceso de apoyo a la Industria Nacional. También apoyó con gran fuerza a la clase trabajadora. Durante los 9 años que logró gobernar el país, el Estado Justicialista derramó prosperidad sobre todos los sectores. Millones de familias, que habían subsistido entonces en condiciones inhumanas de existencia, pasaron a formar parte de la plena ciudadanía argentina. Su esposa - Evita, una mujer genial- promovió una ley que incluyó a las mujeres a la sociedad. Desde entonces, pudieron votar libremente, al igual como lo hacían los hombres desde la reforma de Sáenz Peña en 1912.
La ideología de Perón era el Justicialismo, o Tercera Posición. Sostenía que al momento había dos imperialismos, sometiendo el mundo. Uno, el Imperialismo Capitalista, cuyo núcleo hegemónico eran los Estados Unidos de Norteamérica. Otro, el imperialismo Soviético, con su núcleo central en la Unión Soviética. Para protagonizar un verdadero desarrollo, un país debía independizarse de cualquier control de ambas potencias. Aún manteniendo cordiales relaciones diplomáticas con ambas.
De tal modo, los 9 años de justicialismo en la Argentina fueron los más prósperos de toda su historia, para todas las clases sociales.
Su gobierno fue derrocado por el Ejército, La Marina y la Aviación. Luego de un criminal bombardeo sobre la población civil, el presidente fue obligado a exiliarse por un levantamiento general donde se registraron numerosas víctimas.
Los dos imperialismos, el de los EEUU y el de la URSS, apoyaron este levantamiento. Los partidos políticos de la oligarquía local y las clases medias también lo hicieron. Estos partidos eran: Unión Cívica Radical, Partido Socialista Democrático, Partido Comunista Argentino. Junto a varios otros pequeños núcleos políticos de derecha, socialmente, poco representativos.
Eva Duarte de Perón aclamada por España, en junio de 1947.
Exilio de Perón
El teniente general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Rojas, fueron culpables por delitos de Lesa Humanidad. Al bombardear la Plaza de Mayo de Buenos Aires, masacrando a cientos de ciudadanos inocentes. Y ejecutar sin juicio alguno centenares de fusilamientos, secuestros, privaciones ilegítimas de libertad, además de imponer una persecución ideológica antes padecida durante los años del derrocamiento de Juan Manuel de Rosas, contra los simpatizantes del Federalismo Argentino. El Poder Judicial no sólo jamás encausó a estos militares, sino también colaboró con ellos y sus continuadores en la dictadura inconstitucional instalada sobre la sociedad argentina, en su momento.
Perón obtuvo asilo del gobierno español. Conducido en ese entonces por el generalísimo Francisco Franco. El peronismo era muy respetado por los españoles, luego de que en 1947, rompiendo su aislamiento, Eva Duarte de Perón efectuara una gira por ese país. España atravesaba una aguda crisis económica, por su anterior alianza con Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. El otorgamiento de créditos, facilidades para el intercambio comercial e importación de productos industriales argentinos, y otros beneficios otorgados por la entonces pujante economía argentina a los españoles, había convertido a "Evita", entonces primera dama, en una verdadera hada madrina para los españoles. Sumados aquellos factores con el carisma, belleza, catolicismo profundo y cultura de la dignataria argentina, convirtieron aquella gira en una fiesta, para todo el pueblo y gobierno españoles. Y una nueva señal adversa para los grandes poderes económicos mundiales y sus gobiernos, que habían ganado la guerra. La extraordinaria evolución industrial Argentina, además, había sentenciado a nuestro país a convertirse en un objetivo semi bélico, al cual se debía degradar -según documentos desclasificados de la CIA-. Obligándolo a desmontar su pujante industria y sometiendo sus decisiones internas a los propósitos y valores estratégicos de la Globalización.
Los sectores en pugna
Desde la década de 1550, cuando se consolidó la dominación del Imperio Español sobre nuestra América, fueron esbozándose lentamente dos proyectos para la región. Uno, proveniente del capitalismo protestante inglés, otro del feudalismo vaticano.
Hacia principios del siglo XIX, ambos proyectos habían anidado en las agrupaciones políticas que iniciarían nuestro proceso independentista. Aglutinadas violentamente por Castelli, Saavedra y Moreno, formaron un frente político diverso, para derrotar al enemigo, debilitado por una efímera pero potente invasión francesa.
Al consolidarse paulatinamente la Independencia Nacional, otra vez las facciones, claramente configuradas y fortalecidas por las luchas hacia fuera y dentro, se volvieron a disputar el control absoluto de la que, desde 1860, comenzaría a llamarse República Argentina.
Los seguidores locales del capitalismo inglés, habían brotado como parte de una relación comercial, clandestina, entre audaces "emprendedores" porteños y traficantes anglosajones. Quienes, a través de Brasil, contrabandeaban mercancías inglesas, vendidas luego por sus "delegados" porteños y amigos de provincias. Entre las familias enriquecidas por este negocio, surgieron los Martínez de Hoz. Quienes, al momento de las invasiones inglesas, oficiaron como empleados administrativos del fugaz gobierno militar inglés. Tal núcleo etno-ideológico se instalaría para siempre y ramificaría, hasta hoy. Constituyendo el sector que actualmente acostumbra presentarse como "Liberalismo", o "Republicanismo". Por el contrario, entre quienes se opusieron con armas en las manos a los ingleses, estuvo la familia Ortiz de Rosas. Cuyo adolescente miembro Juan Manuel, participaría como voluntario en la dura y eficaz defensa de nuestra Nación Independiente. Uno de los embriones, asimismo, de la corriente política luego denominada "Populismo", o "Justicialismo".
La corriente Liberal tendría continuidad filosófica con aquellos cimientos materialistas y protestantes originales. La corriente Popular, con la feudal católica. Ambas conservan sus "utopías" simbólicas. Siendo la utopía liberal un país de tez blanca, materialista y donde gobiernen "los más eficaces" para los negocios. Mientras la utopía justicialista, se constituye de un pueblo mayormente mestizo (criollo e indígena), gobernado por paladines aristocráticos, aunque generosos, sensibles -iluminados o iluminadas.
Hacia fines del siglo XIX, se introdujeron por medio de intelectuales porteños de clase media e inmigrantes, libros de Carlos Marx, que fueron generando una pequeña pero influyente corriente de pensamiento socialista. Tal corriente pronto obtendría, incluso, representación legislativa. A través de su primer diputado socialista argentino, Alfredo Palacios.
Desde principios del siglo XX, también hicieron irrupción -a través de obreros rurales e industriales europeos- tendencias anarquistas. Que en algunos casos efectuaron atentados con bombas a objetivos oligárquicos. O ejecuciones, como la famosa del teniente coronel Benigno Varela -militar responsable de la matanza de unos mil quinientos obreros en Santa Cruz, al reprimir la lucha sindical que se conoció más tarde como Patagonia Rebelde.
Por fin, luego de haber triunfado la Revolución Rusa, se fundó en la Argentina el Partido Comunista. Con lo cual quedó incorporada a las luchas de los sectores populares y anti capitalistas un relativamente minoritario pero potente foco más de iluminación ideológica y militancias revolucionarias.
Resistencia peronista
Capitán Adolfo César Phillipeaux
Varios oficiales y suboficiales, especialmente del Ejército Argentino, habían intentado detener el Golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón, en 1955. Algunos de ellos habían combatido, armas en manos, para defender sus regimientos leales al orden legítimo. Debido a ello, resultaron heridos. Con lesiones que les provocarían rengueras u otros impedimentos físicos permanentes. Otros perdieron sus vidas.
Algunos de estos militares -luego de haber sido separados de sus fuerzas por la dictadura- serían factores importantes para la Resistencia Peronista. Como se llamaría a la acción de pequeños grupos que, con atentados y acciones guerrilleras, comenzaría un hostigamiento que no cesaría e iría incrementándose durante los dieciocho años que duraría el exilio y proscripción política de Perón.
El general Miguel Ángel Iñíguez, los coroneles Jorge Osinde y Francisco Gentiluomo, los capitanes Ciro Ahumada, Adolfo César Phillipeaux, los suboficiales Raúl Pedro Telleldín, Marcelino Sánchez, y otros, actuarían directa o indirectamente en la formación de grupos armados. Cuyas acciones -como colocación de bombas en casas de otros militares o policías represores, empresas multinacionales, traidores, etcétera- constituyeron, entre los años 1956 y 1964 aproximadamente, una constante. Estos atentados no eran ni siquiera publicados por los diarios de entonces. Pero sembraban inquietud permanente para el poder económico, político y militar, que había usurpado el gobierno en la Argentina.
En 1959 sucedería una acción guerrillera paradigmática: la toma de una Jefatura policial en Frías -límite entre Santiago del Estero y Catamarca. La dirigió José Félix Seravalle, "El Comandante Puma". Luego de reducir a los policías y encerrarlos en celdas, el pequeño grupo guerrillero, cuyo único armamento era una metralleta de madera, obtuvo varias pistolas, fusiles, escopetas, uniformes, herramientas y un equipo de radio. Con los que se instalarían en los cerros tucumanos, por algunos meses. Durante los cuales constituyeron el primer grupo guerrillero del siglo XX en la Argentina.
1955-1973
Con el golpe militar de 1955 una corporación empresarial de millonarios, que constituían más o menos un 3 por ciento de la población, se había adueñado ilegalmente de todo el poder. Usando como fuerza de choque al Ejército, la Marina y la Aviación. A quienes se subordinó todas las Policías o fuerzas represivas laterales, como Prefectura o Gendarmería, Nacionales y Provinciales. Con la complicidad sumisa del Poder Judicial, y casi todos los partidos opositores al peronismo. Por entonces, ellos eran: Unión Cívica Radical, Partido Demócrata Nacional, Partido Popular Católico (más tarde Democracia Cristiana), Unión de Centro Independiente, Partido Demócrata Progresista, Partido Socialista, Partido Comunista.
La clase media porteña, cordobesa, santafesina y mendocina principalmente, pero casi todas las franjas "altas" de las pequeñas burquesías provinciales, dieron, también, apoyo militante a este sangriento golpe militar de 1955. Cuya criminalidad en la represión al resto de la sociedad -debemos repetir que se trataba de la mayoría electoral- no se había sufrido, en Argentina, desde el siglo XIX.
Poderosas organizaciones estudiantiles (FUA, FUBA, etcétera, bajo el control de radicales, comunistas y socialistas), cámaras patronales (Unión Industrial Argentina, Sociedad Rural Argentina, Cámara Argentina de Comercio, etcétera), y profesionales (Centro de Ingenieros, Asociación de Abogados, Sociedad Argentina de Escritores, etcétera) también dieron apoyo activo a los golpistas de 1955.
El devastador programa de los tres clanes concentrados: millonarios, militares y grandes industriales, tenía -por si su poder fuera poco- el apoyo y asesoramiento de los grandes actores económicos internacionales. A través de los organismos financieros, políticos y militares de los Estados Unidos de Norteamérica.
La imponente hegemonía del poder dictatorial instalado sembró gran desaliento en las mayorías políticas. Quienes vieron repentinamente cerrarse hasta las más mínimas posibilidades legales de participar en las decisiones políticas, económicas o judiciales de la Nación. A la vez que recibían andanadas de resoluciones gubernamentales que iban achicando sus posibilidades económicas, sociales y culturales.
Entonces comenzaron a surgir, desde pequeños grupos de intelectuales con alta dignidad y valentía inusual, la convicción de que no quedaba otro camino sino la lucha armada. Para enfrentar la abrumadora ofensiva de las fuerzas retardatarias, que intentaban ahogar definitivamente los derechos de los habitantes más humildes de la Argentina. Los obreros, campesinos pobres y clases medias modestas, sobre quienes se descargaban rebajas salariales, despidos, tarifazos y otras medidas restrictivas, constituían una franja de aproximadamente el 70 por ciento de la población.
Los siguientes grupos comenzaron a desarrollar tácticas de resistencia, armada o semi clandestina, desde 1956 en adelante:
1) Militares y policías peronistas, de diferentes rangos, que habían defendido al gobierno de Perón y debido a ello fueran destituidos por la dictadura militar pro estadounidense y liberal. De entre ellos destacaron el capitán Ciro Ahumada y el suboficial Pedro Telleldín.
2) Agrupaciones nacionalistas y católicas de derecha. La más activa de ellas fue Tacuara. Liderada por José Baxter y Alberto Ezcurra Uriburu.
3) Indoamericanistas. Un intelectual de Santiago del Estero, Francisco René Santucho, fundó este movimiento hacia 1958. De origen nacionalista, Santucho incorporó conceptos peronistas y marxistas, además de efectuar algunas actividades en común con la Resistencia Peronista.
4) Jóvenes y cuadros medios del Partido Comunista, avergonzados de la conducta de sus dirigentes, que apoyaban a la oligarquía argentina y su dictadura militar asesina. Uno de estos ex comunistas, Enrique Manuel Mena, tucumano, se constituiría en "comandante" de los Uturuncos, junto al santiagueño y peronista Félix Francisco Seravalle.
5) Intelectuales trotskistas, que desde un marxismo crítico, sostenían las tesis peronistas de "los dos imperialismos" (soviético y estadounidense) ambos por igual enemigos del pueblo argentino. Uno de sus principales ideólogos fue el historiador Jorge Abelardo Ramos.
Acciones guerrilleras
El 29 de julio de 1966, un mes después del golpe de estado, durante una manifestación universitaria en contra de la anulación de la Reforma de 1918, el gobierno militar lanzó una primera represión sobre los profesores y estudiantes, que no se había padecido desde 1955. Particularmente violenta en las facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Aquella fortísima represión policial y militar fue llamada por los historiadores "La Noche de los Bastones Largos". Como resultado de esta política represiva, cientos de científicos e investigadores se exiliaron, lo que constituyó una significativa fuga de cerebros.
En este mismo período, la guerrilla Fuerzas Argentinas de Liberación asaltó un banco de Buenos Aires, obteniendo un botín de cincuenta y seis millones de pesos. Según sus protagonistas, "Lo dividieron en sumas menores que depositaron en cuentas numeradas, en un banco suizo, desde un tugurio de la city porteña", otra parte se invirtió en "Bonos 9 de Julio, garantizados en oro, y en Bonos de Recuperación Nacional, que se habían utilizado para pagarles a los empleados públicos. En lo que hace a la infraestructura operativa, se compraron dos o tres departamentos y dos camionetas Dodge 200 nuevas, un camión Mercedes Benz modelo 1961 y un jeep IKA, ambos usados. Los dos últimos eran para utilizarlos en un operativo que algunos ya estaban planeando y que, si salía tan bien como éste, representaría otro salto cualitativo para la Organización. O para la lucha armada en general." Esta organización guerrillera, había sido fundada por Juan Carlos Cibelli, un joven universitario y empleado bancario, bonaerense, desde los Grupos de Reflexión "Praxis", marxistas, que se reunía bajo la conducción del doctor Silvio Frondizi. Desde 1964, aproximadamente, habían efectuado acciones guerrilleras exitosas, como la "recuperación" de armamento desde unidades militares que asaltaron, o el secuestro del cónsul paraguayo Waldemar Sánchez, durante la Semana Santa de 1970, "hecho que inspiró una novela universalmente conocida de Graham Greene, El cónsul honorario, que luego se convirtió en una película de Hollywood".
Mientras tanto, en Tucumán, Córdoba, Santiago del Estero, Salta, Santa Fe y Buenos Aires, el Frente Revolucionario Indoamericano y Popular (FRIP), cambió su nombre por PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores), luego de fusionarse con el partido Palabra Obrera, trotskista. Mario Roberto Santucho, doctor en Economía, se había convertido en su líder. Hugo Bressano (con el seudónimo de "Nahuel Moreno"), bonaerense que provenía de la Unión Cívica Radical y Palabra Obrera, compartió la primera dirección. Pero se alejó del PRT, llevando consigo a un grupo importante de militantes, cuando en 1968 se decidió por mayoría la aprobación de la Lucha Armada. Francisco René Santucho, fundador del movimiento, continuaba en su dirección estratégica, encargándose del área editorial. De este movimiento iba a surgir, en 1970, el Ejército Revolucionario del Pueblo. La cual se convertiría muy pronto en una de las dos guerrillas más eficaces y populares de la Argentina. En una primera etapa, esta guerrilla se concentró en acciones de acumulación de fuerza y poder económico. Para ello, atacaba comisarías, llevándose las armas de los policías, a quienes solían maniatar y dejarlos en sus lugares de trabajo. O grandes empresarios, como Stanley Sylvester, cónsul británico y gerente en la planta de Swift en Rosario. Quien fue secuestrado por fuerzas del PRT-ERP el 23 de mayo de 1971. Así también el italiano Oberdán Sallustro, gerente de la multinacional FIAT, quien fue secuestrado en Córdoba y por el cual se obtuvo un rescate millonario en dólares. Con estas recaudaciones, el PRT-ERP construyó una red de imprentas clandestinas, fábricas artesanales de armamentos, y compró edificios o invirtió en medios de comunicación propios, por todo el país. Cuando efectuaba tales secuestros, el ERP exigía a la empresa reparto de bonos para alimentos y ropa entre los más necesitados, además del dinero para la organización. En algunos casos, también reincorporación de obreros despedidos.
Pasaje de la película de Hollywood "El cónsul honorario"
(Continuará)
Comentarios
Buen día desde Comodoro Rivadavia Chubut, Valor!, Periodismo.
No lo tenía en mi radar; inicié leyendo la historia de inquietud, dominios, subalternizacion en nuestros lares de AmLat y actuales territorios patrios. la síntesis articulada sintética desde los Uni y FED y el derrotero gasta inicios del siglo ppdo es buena (más si sa bese algo dehistoria y antroposociologia), hasta llegar al ‘43-‘45/‘46,’55 y el “continuará…
Aguardaré. Mientras tanto iré leyéndolo en semanas próximas: difícil e intenso cierre del año actual, quése le va’sé. Saludos. @ManCorchuelo
Gracias, señor José Manuel. Un saludo cordial.