Foto: Edificio Lloyd. Londres.
Hemos olvidado la luz del viento, la dulce melodía de pájaros desplegados. Aplastamos la sonrisa con falsas expectativas. Sueños sepultados en islas marchitas.
por Nadia Salim y Julio Carreras
Otra vez el corazón y los ojos sumergidos en profundas tinieblas. ¡Cuánta inhumanidad desparramada! Hemos sepultado valores, gratitud, palabras. Domina la urgencia y el cúmulo de cosas innecesarias. La era del egoísmo y la codicia. Hemos olvidado la luz del viento, la dulce melodía de pájaros desplegados. Aplastamos la sonrisa con falsas expectativas. Sueños sepultados en islas marchitas. El dolor es la victoria en esos mares. Despliega salinidad el suelo de sus almas. Almas frías, vacías. Honduras de tiempos oscuros y finitos. Apagamos horizontes y utopías. Quemamos rastrojos de restos sin sentido. Somos la soledad en soledades y multitudes de nada y la nada misma.
Desde que Shah Jahan construyera el Taj Mahal en 1654, y luego la conquista musulmana consolidara la civilización europea, nuestra humanidad no ha dejado de progresar, inexorablemente, hacia el abismo. Luego de usar la universidad para desarrollar armas químicas, marcó una cúspide académica, al obtener bombas, que aniquilarían Hiroshima y Nagasaki. Para lanzarse, luego, a una carrera vertiginosa de acumulación, consumo y sometimiento abrumador, no sólo de nuestro planeta, sino del Universo.
Otros humanos, como Buda y Jesús Cristo, enseñaron el camino correcto. Hasta ahora, no fueron escuchados. Salvo por siempre minúsculas minorías.
Comentarios
Sus palabras me resuenan y me hacen reflexionar sobre la falsa controversia entre progreso de la humanidad y humanismo, me gusta pensar en esas sepulturas para ir a resucitar los sueños. Los felicito!!
¡Gracias!
#me gustaría vivir en un mundo mejor pero es lo que ahy ª agarre